Wednesday 6 June 2012

La lejia es buena Bleach is bad

Me declaro fan de la lejía, pero para usos muy concretos y en muy pequeñas dosis. Hace maravillas en el moho del baño y en la tetera (para limpiar la coloración producida por el té). No soy la única, la lejía se usa en el 95% por ciento de los hogares españoles. Es barato y eficaz y, aunque su olor no es agradable, suele asociaciarse con limpieza y desinfección.

Se recomienda para casi todo, una gotita para lavar verduras, limpieza regular de la casa para reducir alergias, en baño para tratar dermatitis atópica. La lejía doméstica se usa sobre todo para quitar manchas y es especialmente efectiva en tejidos de algodón. Pero el mismo efecto que elimina las manchas produce una degradación acumulativa de las fibras orgánicas por lo que es mejor utilizarla solo de forma localizada.

La denominada lejía alimentaria, garantiza que sólo contiene solución acuosa de hipoclorito sódico, pero sigue teniendo riesgos para la salud si no se usa correctamente. Estos son a grandes rasgos:
- Contacto: irritación de piel y mucosas.
- Ojos: Lesiones oculares, úlceras.
- Ingestión: Irritación gastrointestinal.
- Ingestión elevada: Alteraciones del equilibrio ácido-base. Pueden aparecer lesiones caústicas por contacto prolongado con la mucosa digestiva.

Bueno, pues lo que es interesante es que la lejía no es tan popular en los hogares del resto de Europa y está considera altamente peligrosa. El mismo Google que te devuelve montones de sugerencias cuando buscas "lejía salud", solo te devuelve noticias alarmantes cuando buscas "bleach health". Interesante, umm?
Me pregunto si se debe a que se estima que cada año se producen unos 3300 accidentes en Reino Unido que requieren atención médica causados por hipoclorito sódico (RoSPA, 2002)...

Qué es la lejía

La lejía es una disolución de hipoclorito de sodio (NaOCl, también llamado hipoclorito sódico) en agua.

La concentración de hipoclorito sódico en la lejía se expresa normalmente en porcentaje. La lejía doméstica contienen un 4-6% de hipoclorito, las soluciones comerciales suelen ser más concentradas, 10% de hipoclorito o más.

Lejía en inglés es "bleach", pero la palabra bleach abarca toda una serie de sustancias que producen oxidación, que pueden contener cloro (como el hipoclorito de sodio) o peróxido (como percarbonato de sodio que es la lejía ecológica, o peróxido de hidrógeno que es el agua oxigenada).
El poder desinfectante del cloro es uno de los más importantes entre los desinfectantes conocidos. En general, todos los microorganismos como bacterias, virus, mohos, levaduras, esporas, algas y protozoos se ven inhibidos o destruidos en mayor o menor medida.


Efectos sobre la salud

Estamos expuestos a bajos niveles de hipoclorito sódico constantemente. Está presente en muchos productos blanqueadores y desinfectantes, en el agua de las piscinas para matar bacterias y se usa regularmente para potabilizar el agua.

No hay valores umbrales definidos pero concentraciones de más del 40% de hipoclorito sódico se consideran peligrosas y las menores se clasifican como de "riesgo moderado". La lejía doméstica tiene una concentración del 4-6% por lo que los efectos en la salud se consideran reducidos y temporales. La exposición por vías respiratorias (inhalación de aerosoles) provoca tos e irritación de las mucosas. La ingestión provoca dolor de estómago, sensación de quemazón, tos, diarrea y vómitos. El contacto con la piel o los ojos produce irritación y dolor, y tras prolongada exposición, la piel se puede volver sensible.
Los efectos de la lejía doméstica sobre la salud se consideran temporales aunque pueden complicarse en personas con problemas respiratorios. Se ha descartado que sea carcinogénico pero no se sabe el efecto que tiene sobre la reproducción.
Concentraciones más altas que las usadas en productos domésticos tienen efectos más graves provocando lesiones corrosivas graves en la boca, la garganta, el esófago y el estómago acompañado de hemorragia, perforación y eventualmente la muerte. Los sobrevivientes de intoxicaciones severas pueden quedar con cicatrices y estrechamiento permanentes del esófago.

Ha habido mucho debate sobre el uso de cloro en el agua potable pero lo que está claro es que es más seguro beber agua clorada que agua contaminada. Cualquier filtro de carbono activo (ej las jarras filtradoras) filtra el cloro eliminando el olor y el sabor.

La concentración de hipoclorito sódico utilizada en piscinas suele ser segura para seres humanos. Normalmente se usa una solución con un 12% de hipoclorito. Curiosamente el "olor a cloro" de las piscinas se debe a la interacción de éste con sustancias orgánicas como orina o sudor, y de hecho indica que el agua no tiene suficiente cloro. El resultado de ésta interacción irrita las mucosas y los ojos pero esta irritación es sólo temporal.

Existe un mayor peligro cuando se mezcla hipoclorito sódico con otras sustancias. Mezclado con un ácido libera gas cloro que es venenoso y corrosivo. En contacto con amonio se vuelve mutagénico y muy tóxico. Otras mezclas también pueden producir gases tóxicos. Conclusión, NUNCA MEZCLAR LA LEJÍA CON OTROS PRODUCTOS. Además se debe utilizar siempre en habitaciones BIEN VENTILADAS pues estos gases tóxicos pueden aparecer por el contacto de la lejía con sustancias orgánicas (como por ejemplo orina o heces fecales) durante la limpieza. Por esto se suele recomendar usar lejía en superficies previamente limpias! Además la lejía tiene poco poder de penetración por lo que si la superficie no ha sido previamente limpiada no matará todos los gérmenes. Y como no se debe mezclar con otros detergentes, la superficie debe aclararse bien (esto empieza a complicarse). Sospecho que aunque hubiera algunas emisiones serían pequeñas, pero una exposición prolongada (ej personas limpiadoras profesionales) puede tener consecuencias mayores.

Efecto en el medio ambiente

El hipoclorito sódico es una sustancia artificial que no existe en la naturaleza. Debido a su alta reactividad e inestabilidad su desaparición en el medio es prácticamente inmediata. Cuando se libera al aire, el hipoclorito de sodio es degradado por la luz solar y por compuestos que ocurren comúnmente en el aire. En el agua y el suelo, el hipoclorito de sodio se separa en iones de sodio e hipoclorito. Estos iones pueden reaccionar con otras sustancias que se encuentran en el agua. El hipoclorito de sodio no se acumula en la cadena alimentaria. El Comité de Riesgos para la Salud y el Medio Ambiente de la Unión Europea concluyó en su Risk Assesment Report(RAR) sobre hipoclorito sódico que éste es seguro para el medio ambiente siendo su impacto despreciable.

El uso industrial es más cuestionable. Los diversos procedimientos de blanqueamiento con cloro que la industria utiliza producen grandes cantidades de sustancias derivades que son vertidas al medio ambiente. Entre éstas se hayan compuestos organoclorados que tienen una toxicidad significativa en plantas o animales, incluyendo los seres humanos. El hipoclorito se usaba como blanqueante en la fabricación de pasta de papel. La guerra de los ecologistas al cloro ha hecho que se sustituya por otros productos cuyo principio activo es el oxígeno en vez del cloro. Sin embargo conviene que nos lo pensemos dos veces antes de comprar materiales blanqueados como pañales o tampones pues incluso los modernos procesos de blanqueamiento pueden dar lugar a sustancias nocivas.

Cuando usar lejía. Mi opinión.

La lejía es un limpiador efectivo porque quita bien las manchas y tiene un amplio espectro de acción en la destrucción de gérmenes. Alternativas mas ecológicas como vinagre, bicarbonato o zumo limón, a pesar de ser muy buenas, no tienen la misma efectividad. Pero la lejía también tiene sus limitaciones. Como se ha dicho anteriormente, no tiene poder de penetración por lo que las superficies a tratar deben ser previamente lavadas. Además produce descoloración en tejidos y otras superficies y es corrosiva en metales. Como limpiador general es poco efectivo pues es rápidamente desactivado por materia orgánica. Considero que es útil en entornos que requieren alto nivel de desinfección como hospitales, pero a nivel doméstico su uso debería limitarse a pequeñas manchas localizadas, en superficies previamente limpias y en zonas ventiladas. En este contexto la lejía es perfectamente segura y no supone un riesgo para el usuario ni para el medio ambiente. Para la limpieza general hay otros o productos que funcionan mejor y tienen un menor impacto en el medio ambiente. Las lejías ecológicas también son bastante efectivas, aunque requieren mayores tiempos de actuación.

Buscando información para escribir este blog he encontrado algunas "recetas" para sustituir la lejía. Si funcionaran es probable que dejara de usarla. A pesar de todas las confirmaciones que he leído indicando que es segura, no me hace gracia tener en casa una botella llena de un líquido que si accidentalmente se mezcla con los demás líquidos del armario puede ser altamente tóxico. Nunca antes mes preocupó, será la influencia anglosajona... Pero a día de hoy aún no he encontrado un sustituto que me convenza.

Desinfectar: peróxido de hidrógeno, es decir agua oxigenada. Mata gérmenes, no es peligrosa y se puede usar en cualquier superficie.
Moho: Listerine (tengo que probarlo!)
Blanquear ropa: Mezclar 1/2 vinagre y 1/2 bicarbonato, se puede echar en la lavadora.
Suelos: Mezclar una taza de vinagre y una de zumo de limón con unas gotas de aceite esencial (por el olor) y dejar reposar 24h antes de echarlo al agua de fregar. Desinfecta y limpia.
Limpiador general: 1/2 vinagre, 1/2 agua y unas gotas de aceite esencial.

Monday 4 June 2012

Impacto ambiental de la visita mensual

No quería yo que este fuera el primer tema que trato en este blog, pero hace unos días quemé accidentalmente mi Mooncup y me ha apetecido revisar las razones que me llevaron a usarlo hace ya varios años.
El Mooncup es uno de los "menstrual cups" (traducido "copa menstrual") disponibles en el mercado. Estas "copas menstruales" son pequeños contenedores de silicona que constituyen, a mi juicio, una alternativa ideal y ecológica a los tampones y las compresas.

El impacto ambiental de los tampones y las compresas

Como media, una mujer utilizara entre 8.000 y 17.000 tampones o compresas durante su vida. Hay dos impactos ambientales a tener en cuenta, el impacto de la fabricación y distribución y el impacto del residuo después de usado, (y esto incluye no solo el tampón o la compresa si no también el embalaje y el aplicador).

El Royal Institute of Technology de Estocolmo realizo hace unos años una comparativa del impacto ambiental del ciclo de vida de los tampones y las compresas.
El ciclo de vida de los tampones empieza con el cultivo y producción del algodón. El de las compresas con la producción de celulosa y plásticos. Ambos ciclos terminan en la incineración de los residuos. El estudio es muy completo y muestra el gran impacto de ambos para la salud humana y para el medio ambiente. El impacto se debe principalmente a la extracción y procesamiento de las materias primas, siendo el impacto de las compresas doble que el de los tampones.

Además de tener un menor impacto ambiental, no cabe duda de que los tampones son mas convenientes, pero los riesgos para la salud de la usuaria pueden ser mayores. Hay cierta polémica sobre el contenido de dioxinas en los tampones y sus efectos sobre la salud. Las dioxinas son un grupo de productos químicos “de desecho”, formados durante la combustión de productos químicos que contienen cloro.Hasta finales de los noventa los fabricantes de tampones utilizaban procedimientos de blanqueamiento del algodón que producian dioxinas. Estos procedimientos han mejorado en los últimos años reduciendo la cantidad de dioxinas hasta, según algunos estudios, cantidades despreciables. Los estudios hechos sugieren que las cantidades de dioxinas existentes en los tampones actuales son insuficientes para suponer un riesgo para la salud. Sin embargo el efecto es cumulativo y los tampones entran en contacto con tejidos altamente absorventes del cuerpo. Además, puesto que el blanqueamiento se hace solo por motivos estéticos, se trata de un riesgo totalmente innecesario.

Otro riesgo para la salud es el "síndrome del shock tóxico” del que todas las cajas de tampones advierten. Este no tiene nada que ver con el contenido de dioxinas en el tampón. Es producido por la liberación de toxinas en la sagre por parte de una bacteria que vive normalmente en la piel. Se cree que la bacteria entra en la sangre a través de pequeñas heridas o abrasiones causadas en la pared de la vagina por tampones superabsorventes.

Hay tampones orgánicos que no utilizan agentes blanqueantes siendo mas seguros. También los hay sin aplicador, con lo que el impacto medioambiental es menor (pero aun considerable). Pero todos los tampones causan sequedad y dejan fibras residuales.

Por todas estas razones me decidí por el Mooncup.

La "copa menstrual"
La copa menstrual esta hecha de silicona o látex, se inserta como un tampon y dura varios años (5-10 según se cuide). En concreto el Mooncup esta hecho de silicona de calidad médica, libre de látex, sin tintes, BPA ni toxinas.
No son sólo la opción más ecológica y la más barata sino que también son muy convenientes porque se pueden usar en cualquier parte del ciclo y se recomienda vaciarlos cada 6-8 horas.

Hay varias marcas, las más conocidas son probablemente Mooncup, Keeper and Diva Cup. Se limpian con agua y jabón y se pueden esterilizar hirviéndolos en agua(así quemé yo el mío, me lo olvidé en el fuego). La página de Keeper advierte que no se hiervan ni se usen productos abrasivos porque algunas usuarias han notado una reducción de la esperanza de vida del material. Personalmente prefiero esterilizarlos entre usos.

Por cierto, también hay compresas y salva slips ecológicos, reusables. Están hechos de tejidos que se lavan fácilmente en la lavadora a bajas temperaturas y los hay de mil colores y diseños (por ejemplo busca "reusable panty liners" en etsy.com). Aunque mi experiencia con estos ha sido menos satisfactoria, al no tener adhesivo (el cierre suele ser un corchete) se mueven demasiado.